
Tengo la suerte de conocer muchas de las ciudades más importantes del planeta, pero si me preguntan… Pepiño, para ti, cuál es la capital de mundo????
Lo tengo claro, sin duda respondería New York.
Este verano Pilar y yo celebramos los 15 años desde que esta pobre me lleva aguantando, y en esa fiestecilla, nuestros invitados tuvieron la buenísima idea de regalarnos un viaje, (Aprovecho esta ocasión para volver a darles las gracias por el acierto). Pues bien, con ese buen fondo, la familia tomó por unanimidad la decisión, de que el destino sería la ciudad de los rascacielos…
A la hora de planificar esta nueva aventura, por temas laborales, enseguida entendimos que las fechas idóneas para viajar era en navidad, una vez pasados los días veinticuatro y veinticinco con nuestros más allegados, lo malo de volar estas datas, es que los billetes están bastante descontrolados, y la suma que tuvimos que desembolsar para poder cumplir el sueño de Carmen, fue casi el doble que de lo que se pagaría en otra ocasión menos festiva, en fin, era o que había.
Salimos el día treinta, pero hicimos una escala en Boston para visitar a Pilar e Iván y a sus cariñosas hijas Magdalena e Irene una estupenda familia gallega, típico ejemplo de cómo España deja escapar a sus cerebros más brillantes, Pilar es una muy buena arquitecta con un curriculum envidiable, pero que en nuestro país tenía un futuro un tanto incierto, e Iván es un químico coruñés, que después de su paso por Harvard, se lo rifaron las farmacéuticas más importantes del mundo, en la actualidad dirige un equipo de investigación con millones de dólares de presupuesto, que buscan nuevos fármacos para la lucha contra el cáncer y Alzheimer, para la compañía Merck, en fin, España de mis amores…

Boston nos recibió con nieve, pero con unas temperaturas más suaves de lo que acostumbran por estas tierras en invierno y pudimos turistear de manera más que agradable…

Esta es la famosa cervecería de la serie «Cheers«, lógicamente no perdí la ocasión de pimplar unas buenas pintas.

La casa amarilla es la de Pilar e Iván.


Los tranvías de la ciudad están un tanto vetustos…

Perro guardián…

Family…

Cuando fuimos al supermercado para comprar la cena de fin de año, me llamó la atención esta «máquina do demo» que enfriaba las botellas cuatro veces más rápido que un congelador.

Curiosidades Bostonianas…
El día dos nos despedimos con tristeza de esta familia tan encantadora e Iván, nos llevó muy gentilmente tempranito a la estación sur de la capital de Massachusetts, para montarnos en el Amtrak que nos llevaría a New York por vía férrea…


El trayecto de apenas tres horas y media se nos hizo muy ameno contemplando la costa este norteamericana y alguna que otra estampa reconocible, pero poco a poco el hormigueo estomacal sabiendo de nuestro próximo destino fue en aumento, y la sonrisa nerviosa ya no se apeó de nuestros labios en la última hora de travesía…
Por fin llegamos a la Penn Station, en el corazón de Manhattan, y el subidón ya era absoluto, creo que es igual las veces que hayas pasado por esta ciudad, que cuando te encuentras de nuevo con el bullicio de esta megalópolis te quedas totalmente flipado…
Solamente por ver la cariña de Carmen, ya mereció la pena el viaje.




Pues nada, a turistear con la familia que de eso se trataba.






El mundo vertical de esta ciudad no me deja de asombrar.
Al viajar con la familia sabía que me encontraría con más museos que birras, pero eso ya estaba escrito.



Con este cuadro de Mondrian, creo recordar que Carmen Ruscalleda hizo un plato en simbiosis con la obra.

Como se puede ver en esta foto tomada por mi hija, la escuela del gran Santiago Saiz ha calado hondo, y como de la plaza de Vigo se tratase, capturó este bonito instante, con nuestros amigos Fátima, Rafa y sus hijos, pero claro, en Madidon Park…
Pero bueno, hablemos un poco de gastronomía. Siempre que he visitado este inmenso país, mis conclusiones bandulléiras son muy similares:
O te sobra el dinero, o no vas a comer bien, si no quieres atracarte de burguers y hot dogs, prepara ciento cincuenta dólares mínimo por persona para la manutención diaria, para comer algo decente.
Mientras la sociedad norteamericana con menos recursos se maza con grasas saturadas y azúcares refinados, en las clases más pudientes, todo lo relacionado con lo orgánico está en plena expansión, y la oferta es amplísima, pero claro, hay que pagarlo…
Prefiero el Stree food asiático antes que el de esta nación.
Que mal hemos sabido vender nuestra gastronomía en comparación con Italianos, chinos, franceses y japoneses, coño!! Hasta los chinos ahora tienen “tapas.”
Me dejó acongojado las instalaciones de «Eataly» en la 5th ave, si podéis, no lo dejéis de conocerlo…


A lo mejor es amor de madre, pero cada vez que viajo por el mundo, regreso más convencido de que como en España, en línea general, no se come en ningún sitio, tanto en cocina popular, como en alta restauración.

El street food neoyorquino no es de mis preferidos.
Bueno , ahora os tengo que reconocer una intimidad gastro viajera que me tiene hasta los colgantes. Interiormente me siento como un bobo, muy bobo, vamos, un bobo de cojones o como se diga, por confiar en la famosa lista… Siempre vuelvo a caer en la trampa del desinformado jurado de los premios que otorga The World´s 50 Best restaurants.
Cuanta razón tiene Martín en bufar de este disparate de podium mundial cocineril.
En ocasiones anteriores, elcocinerodelpazo.com, ya había caído en la trampa de elegir para sus viajes restaurantes encumbrados por la afamada revista Británica.
El D.O.M, Pujol o el Nahm, fueron, quizá, un tanto decepcionantes pero tenía la ilusión de que en esta ocasión la cosa fuese distinta, pero no…
No podía perder la ocasión de estar en la gran manzana y no pasar por uno de los grandes, aunque intenté por diferentes vías hacer una reserva en el restaurante elegido, el Eleven Madison Park, que figura como quinto para citada lista, la cosa fue imposible, pero no desistí , y después de ponerme una americana y unos zapatitos ingleses, me presente en la puerta del local con la esperanza de conseguir una mesita.
Antes de seguir, os pido perdón por las infames fotos que pude tomar con mi móvil.

-Me podéis hacer un hueco??? pregunté con indulgencia.
-Tómate algo en la barra y lo intentamos…

No me había pimplado la primera cerveza, cuando el trajeado caballero corrió hacia mi con una sonrisilla que delataba que la suerte estaba de mi parte.
-Si vuelves a las diez te hacemos sitio.
– Of course, le contesté súper contento…
A la hora acordada me presenté como un clavo, feliz como una perdiz.
Tanto la ubicación como el espacio en sí, realmente son la pera limonera.
La pregunta es. Qué es lo que busca el jurado de esta lista en un restaurante???
Hombre, desde luego si lo que quieres encontrar es glamour, postureo y movida súper «cool», el Madison es el sitio perfecto, pero yo tengo otras prioridades.
Techos altos, una barra con tres o cuatros barmans profesionales, gente guapa en todas las mesas, personal de sala a mansalva, me comentaron que eran más de cuarenta y que podían hablar más de diez idiomas diferentes, lámparas infinitas, jarrones majestuosos, en fin, la de Dios es Cristo…


Paro vamos a lo que a mi realmente me importa, el papeo.
Como mi cartera temblequeaba como un reo ante sus ejecutores, cuando me preguntaron que quería beber, les respondí en bajito que una cerveza local, no fuere a ser que tuviese que regresar a España nadando, visto los precios de esta ciudad.
Y comenzó en menú degustación, ya me diréis al final lo que os parece, yo esperaba mucho, mucho más…


Me sirvieron una cajita, que en su interior había una galletita…
Ellos la llaman galleta blanca y negra con manzana.

Sabayón de esturión ahumado.
Os juro que no vi el esturión por ningún lado.

Ostra en pastel con velouté.
Bueno, a mi me pareció una puta tartaleta..
Vieira, trufa negra y puerro.
Ni fu, ni fa…


Caviar Benedicto con huevo de codorniz, coliflor y jamón.
La potencia de la espuma de coliflor, se comió por completo al escaso gramo de caviar. Mal

A estas alturas me sirvieron dos mantequillas, que me comentaron que eran de distintos animales.
Por mucho que las probé, para mi eran iguales, joder! se habrá equivocado el de practicas, pensé…

Al empezar el menú, me preguntaron como quería el foie, frío o caliente, les dije frío, y esto fue lo que me trajeron,
Foie gras marinado con repollo y manzana roja.
Del milhojas de foie y manzana que tengo referenciado en mis papilas, es el de Berasategui, con manzana ácida y anguila, puede que Daniel, el cocinero, también, pero si comparo uno y otro se me saltan las lágrimas…
Para el siguiente acto, los auxiliares trajeron ante mi mesa un bonito carro, en el que se apoyó el jefe de rango, para con gran maestría y profesionalidad, prepararme la famosa Waldorf
Ensalada con manzana, apio, uvas y nueces.


Como se puede apreciar, la ensalada me la sirvieron en un bol con doble fondo, como Dani García sus croquetas, primero te tomabas la ensalada en sí, y después su sopita acidulada, que bien estaba rica, pero no dejaba de ser una ensalada…

Este plato me pareció bastante cutre.
Bogavante, calabacín, nueces y castañas.
Digo lo de cutre, porque del bogavante, me pusieron los codillos de las pinzas, y os lo digo con conocimiento de causa.
En el pazo pelamos cientos de bichos de estos al año, y los codillos que me sirvieron, nosotros los empleamos junto a la cabezas y cáscaras, para la preparación de fondos…

En este plato de arroz meloso de bogavante que hacemos en el pazo, no utilizamos los codos de las pinzas, cutre…

Seta «Hen of theWoods» Rustido con rábano.
No quiero ser tan cabrón, pero estaba saladísimo tanto el hongo como la cremita, pasadísima la reducción.

Al comenzar también me preguntaron que prefería como plato principal, pato o lubina?
Pues elegí al primo de Donald y creo que acerté, sin duda el mejor plato de la noche. El contraste entre la jugosidad de la carne con el crocante de la piel me encantó.
Tenía curiosidad de saber cuantos días dejaban al bicho madurando, y tras pasar por la cocina a preguntar me dijeron que dieciséis. lo dicho plato cojonudo.

Con este pre postre también se me dejó un poco descolocado.
Fondue de queso Hooligan y ensalada
Pues hombre, si, el queso estaba rico, y seguro que las brotes de la lechuga eran de la granja de San Ildefonso, coño, pero no me jodas!!!! perdón….

Los dos postres tampoco me entusiasmaron mucho, me llamó la atención que los dos la miel estaba muy presente, con el carácter que tiene.
A este lo llamaban Botritis con helado de jengibre
Os he de reconocer que no soy un entendido de las bacterias, pero el vino era como un Moscatel y de los flojitos…

Leche y miel
Natilla con helado de polen de abeja.
Nada.
Pues esto es todo amigos, cada uno que saque sus conclusiones, en cualquier restaurante con una estrella Michelín en España, he disfrutado infinitamente más. Es lo que hay…
Mi nota personal:6
Daniel Humm participará dentro de unos días en Madrid Fusión en una ponencia junto a Gran Achatz titulada: Hablando con la vanguardia Americana.
He comido en sus dos restaurantes, y aunque la segunda vez en Alinea no flipé tanto como la primera, eso me suele ocurrir, Grant si que hace vanguardia. No se lo que nos contará Daniel, yo le voy a creer lo justito…
Antes de despedirme, me gustaría llamar la atención sobre el peligroso y descabellado precio de algunos pop up que últimamente se empiezan a hacer por este país. Lo de pagar 1500 euros en Ibiza de Paco Roncero espero que sólo esté enfocado para nuevos ricos rusos pailanes, y lo de los 800 de Achatz con Muñoz que los pague su padre…
Un beso.
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