Si los hombres dispusiéramos de las siete vidas que tienen los gatos, a mi no me importaría gastar un par de ellas en esta ciudad.
Hola amigos, los que seguís este humilde blog, recordaréis, que en artículos anteriores, comentaba que para quedarme a vivir en alguna de las ciudades que he visitado, la oferta económica debería se irrechazable, pues bien, al llegar a Sydney esto ha cambiado. A pesar del escaso tiempo con el que he contado y el axfisiante calor que en puntuales momentos nocturnos he padecido, esta contemporánea urbe me ha cautivado.
Encuentro paralelismos con otras grandes ciudades que he visitado. Bulliciosa como Hong Kong o Singapore, cosmopolita como New York o Londres, vanguardista como Barcelona, hermosa y abierta como San Francisco. Tiene un poco de todo y apenas le falta de nada, eso sí, cara, muy cara.
Lo que me ha llamado mucho la atención, es como en poco más de dos siglos han podido evolucionar sus ciudadanos de una manera tan positiva, y pasar de ser el basurero de la escoria penitenciaria británica, a ser un pueblo culto y amable como el que me he encontrado. Sí, porque sus gentes me han parecido unos encantadores anfitriones. Ellos son altotes, fornidos, bonachones, enseguida entablan conversación contigo. Se les ilumina la cara cuando les digo que soy «español…español…español» (como cantábamos en el mundial) y enseguida me hablan de los San Fermines. Me hace mucha gracia que les tenga que robar a los ferrolanos al triatleta Javier Gómez Noya, para que sepan de que ciudad de España soy, en vez de referirme al tan usado Deportivo.
Son buenos bebedores, ¡¡joder como pimplan!!, como les sigas el ritmo, puedes acabar haciendo el helicoptero en cualquier momento, ¡qué barbaridad!. Y ellas qué? Pilar, Araceli, aunque ya sabéis que mirar no es pecado, os recomiendo que os saltéis este párrafo. Ellas si que son gastronomía pura, son como un buen bocata de chorizo cuando tienes hambre, de tobillo estrecho y elegantes andares como yeguas de doma clásica. Y al ser verano y con estos calores, van empitonadas, ligeras de ropa, Bufff!!! Soy un santo…!!!
¿Y qué les gusta comer? Pues realmente volvemos a un poco de lo mismo, el país de cocodrilo dundee está formado por ciudadanos de muchas partes del planeta, y claro, influye mucho en su cocina.
Lo que sí que tengo claro, es que hay una excelente cantidad de pescados y mariscos, que tienen unos vinos soberbios, y que, cada vez más, la comida sana y equilibrada está haciendo furor en los países mas adelantados.
Amigos, ya sé que esta ciudad está muy lejos, pero creo, sin duda , lo interesante que es conocerla, merece este caro y largo viaje.
Postdata: Algo bien debo estar haciendo las cosas para que hasta mi suegra me esté animando. Gracias Araceli, y por cierto, en el restaurante Tetsuya’s había unos cuadros que se parecen bastante a la obra de José Luis, que me ha dicho pilar, que ha tenido mucho éxito en su exposición. Congratulations, te los dejo colgados. Un beso para todos.
Animo pepiño disfruta que la vida es corta!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Metiéndome en lo que no me importa : Lo de las mujeres será como lo del marisco, «las mejores después de las gallegas»
Eres un «mostruo» yamamooooootooooooo!!!!! te leo y me veo allí, en el puto Sydney, toma ya!!!!! Dentro de ná nos vemos en los «niuyores»!!!!! aún no localicé a mi amiga de Tahití… Un abrazo y «no pares, sigue, sigue, no pares!!!!! de contarnos todo como lo estás haciendo…