Comida en Astrid & Gastón – Lima

Hola amigos!

Hoy he tenido la dicha de disfrutar en uno de los restaurantes bandera de este viaje. El Astrid y Gastón de Lima el local fetiche de este afamado cocinero, hijo de exsenador y que iba para abogado, pero que cambió la toga por la chaquetilla blanca.

Carallo si acertó!!!, de jurista no sé como le habría ido pero lo que sí sabemos es que el holding gastronómico que esta formando este rapaz, al que a su padre le hubiese gustado que fuese un buen letrado, no tiene parangón. Cuenta en la actualidad con restaurantes en más de una docena de países, pero no solo gastronómicos, posee pastelerías, cebicherias, bistrots, locales de comidas regionales, coño! hasta pollo a la brasa vende este iluminado en franquicias, pero bueno dejemos las pajas mentales empresariales que tanto a David como a mi nos gustaría tener, y metamonos en la «chicha».

El restaurante se encuentra en un casón antiguo del barrio de Miraflores, de lo más pijo de la ciudad, cuando bajas del taxi tres morenazos te reciben con amabilidad haciéndote sentir un tipo importante. Al entrar, aprecias que el local está dividido a la mitad por un largo pasillo de blancos azulejos que termina en los aseos. En el lado derecho te encuentras con una gran barra donde preparan unos excelentes tragos de los que mi cabeza da fe y en el lado izquierdo se encuentran las mesas de lo que es en si el restaurante.

He de reconocer que se me fue la mano con el exceso de drinkis que como aperitivo le metí antes de papear, quizá llevado por una euforia desbordante al saber donde me encontraba. Lógicamente pedé el degustación, y para mi agradable sorpresa el primer acto del menú se trataba de otro excelente trago que alegremente me pimple, y que hizo que la cosa empezara a pintar en bastos, pensando en otros jolgorios no solamente gastronómicos…

En los siguientes pasos del menú, fueron desfilando por mis fauces, nuevos y apasionantes sabores, combinaciones y mestizares de productos amazónicos y andinos con influencias asiáticas, caracola con mirin y soja, papas fritas en mantequilla sobre arena de olivas y avellanas, impresionante combinación de taco de pulpo con chimichurri andino, conejo crocante estilo pato Pekín, sutil… Y así se sucedieron un etcétera de platos que dejaron mi paladar ampliamente saciado.

A todo esto, con las nuevas tecnologías acojonantes que manejamos, y como me sentía muy solo en la comida, por la papa que manejaba, decidí compartir mesa con mi mujer y mi hija por medio del famoso skype, que tanta ayuda me ofrece en mis viajes, lógicamente los camareros alucinaban.

En resumen, del primer asalto gastronómico hemos salido bien airosos con ganas de mucho más, y como esto es un no parar, arranco para Cusco para ver lo que comen los descendientes de los incas, en lo que llamaban el ombligo del mundo, esperando que el conocido como soroche o mal de altura, no me toque mucho mis soroches…

Un abrazo,

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10 respuestas a Comida en Astrid & Gastón – Lima

  1. Pinky dijo:

    Que pasa cabronazo. Te vienes a quemar Asturias cuando no estoy y encima te pegas otro viaje de puta madre sin avisar. Llevo 2 meses sin portatil y por tanto desconectado del tema in formatica. Ya vi tu mensaje.
    Pasalo de lujo crack. Un abrazo desde Gijon camarada.

  2. Pepe Doce dijo:

    Veo que hemos cenado bien, encima Pilar y Carmen compartieron, via skype, tu menu degustación.- Me extrañó que el cebiche no apreciese, o que ya es tan clasico que ya no no se menciona. Arriba en el Cuzco, no se si te llegarana solo las hojas de coca, dibiste de llevar una botella de oxigeno.y compartir tragos de pisco con tragos de aire gallego embotellado.

    • pepiño dijo:

      Hola Pepe si que hubo un platito de cebiche en el degustacion, y te puedo asegurar que lo de la altura es la leche…La mala.

  3. Cholidrio de cholimball dijo:

    Mi vieja dijo cuando fue para allá que la gente eran todos muy pequeñitos y que el cielo estaba muy cerca…por cierto las hojas de coca son alucinógenas???? madre no hay más que una, amigo y a ti te encontramos debajo de un puente…

    • pepiño dijo:

      Negreiras, la hoja de coca no pone, es mas de deja un sabor absolutamenre asqueroso en la boca, y tiene razón tu madre son bastante bajit@s. Un abrazo

  4. No sé si será por el pisco sour o que pero usted escribe cada vez mejor… y no digo más!!!!! Abrazos.

  5. pepiño dijo:

    Vamos por partes Nano, Astrid es la mujer de Gastón Acurio que también es chef, en Perú es barato comer, Astrid y Gastón me costó 62 euros el degustación tragos aparte, del pisco no quiero saber nada en una temporada.Ya he llegado a Cusco y estoy mascando tanta coca que a mi regreso no se si me llamarán pepiño o sito Miñanco, pero aun así no se va esta mierda de soroche. Un abrazo compañero

    • Nano dijo:

      Trae unos chicles de esos pa probarlos. Cuando estuviste en el Cañón del Colorado grabaste un video cojonudo desde un acantilado, desde el Machu del Pichu podrías hacer una panorámica parecida mascando coca pero con cuidadiño que el video del Colorado daba vértigo.
      ¿Encontraste Vilcabamba?
      Todavía no he cenado y me acabo de acordaer del cocido que nos espera a tu vuelta.
      Un abrazo

  6. Nano dijo:

    Me alegro que la experiencia haya sido satisfactoria y bastante «líquida».
    El nombre de «Astrid y Gastón» a qué viene? Sería interesante referencias de precios con dormida incluida. ¿Hay albariño?
    En Cuzco acuérdate de las hojas de coca para subir al Machu Pichu, supongo que subirás andando para hacer boca.
    Pregunta por Vilcabamba la ciudad perdida de los incas, esta ciudad fue buscada durante años por Juan Díez de Betanzos, sí era de Betanzos (no es coña), además de hombre de confianza de Pizarro y que se casó con la hermana de Ataulpa a Ataualpa, dedicó mucho tiempo a buscar esta ciudad aún perdida. Creo que fue el que llevó a Perú la receta del aguardiente de su abuelo para hacer el pisco, pero esto último es medio leyenda, ya sabes como son los de Betanzos.
    Tú sigue entrenando que el mal de altura no perdona, las recetas locales son las mejores con lo que vete al mercado a por repollos de coca y ya me contarás

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