Hacía ya muchos años que el cocinero del pazo no visitaba la que es, si cabe, la casa más laureada en el mundo del papeo de nuestra querida Galicia.
Por su emplazamiento, junto algunas de la rías más ricas del mundo, esta afamada casa ha mantenido desde hace décadas un producto de una calidad excepcional, fruto de las particulares aguas que por suerte gozamos los gallegos, y que encumbran nuestra tierra como el paraíso de los amantes del marisco.
Desde hace ya bastantes años, el timón de casa Solla lo gobierna Pepe, un avezado y alegre cocinero, que supo agarrar con firmeza y tesón, el testigo entregado por sus padres, y que hasta la fecha ha sabido llevar con mucha inteligencia y esmero.
Personalmente yo no conozco mucho a este rapaz metido en los cuarenta y largos, pero me tiene pinta de ser una buena persona, alegre y amigo de sus amigos, que le gusta el rock and roll y navegar en su tabla de kitesurf. A nivel profesional coincidí con el hace muchos años en un par de reuniones de Eurotoques Galicia y lo he visto en algún que otro congreso como ponente.
Lidera desde su creación al grupo Nove, grupo por el que mantengo una sensación contradictoria, ya que de la misma forma que reconozco y estoy agradecido por lo muy mucho que han hecho por la cocina gallega, en otras ocasiones, me da la sensación que son un pelín monopolio, bastante cerrado, con ligero tufillo de acaparar cuanta subvención concede la Xunta, e intervenir en todas las campañas que esta sufrague.
En fin, esto de “bufar” es inherente a la condición humana y seguro que si el cocinero del pazo perteneciese a la citada asociación, polo carallo iba a comentar algo de esto. Quizá simplemente se trate de puta envidia…
Bueno el menú gastronómico que nos metimos entre pecho y espalda fue el siguiente:
-El caldo de repollo.
-Cortezas de mar.
-Pan con aceite.
-Bloody Mary.
-El huevo que no es.
-Croqueta cremosa de cocido.
-Navaja en cebiche de pomelo.
-Sopa de boletos con guarnición.
Impresonante potencia aromática, como meter la cabeza en el bosque, buenísima.
-gamba en dos cocciones.
interesante versión gallega de la gamba roja de los Roca o de Dacosta, cojonuda.
-Calabaza, aceituna negra y helado de queso.
contastes perfectos…
-Merluza sobre una crema de ostras, pepino, mertensia y codium.
No se puede hacer un cocción más milimétrica, la perfección.
-Corneto, vaca, mostaza.
No me convenció mucho.
-Perdíz-filloa, tradición-modernidad.
Suculento el caldito para mojar la filloa.
-Selección de quesos con los dulces.
Me gustaron los quesos, el carro y el mueble donde se guarda el carro. Todo.
-Piña colada.
-Cítricos.
-Otoño.
En el homenaje estuve acompañado de uno de mis mejores proveedores Novas, de la empresa Novas y Mar, que surte el pazo de un montón de buenas materias primas, los interesados que tomen nota…
-Bueno lo que mas me ha gustado.
La calidad de producto que atesora desde siempre este restaurante.
Que Pepe salga a la sala, haga la función de maître con tan buenos modales.
-Lo que no me ha gustado tanto.
Aunque era un día especial por la huelga, sólo éramos cuatro. Mierda de condenada crisis.
En una cocina contemporánea como la de Pepe Solla, me faltó algo mas de chispa para alguno de los platos.
Mi nota personal: 8.25
Definitivamente creo que Solla es junto con Marcelo y Vieira los buques insignias de la Royal Navy gallega, en el futuro estaran aconpañados de Luis de Árbore da Veira.
Dentro de unos días la guía roja dará los resultados de este año, y el restaurante de Poio suena para la segunda. Se la merece? Yo como gallego sin duda quiero que se la den, pero esta a la altura de otros bi-estrellados como Mugaritz, Quique Dacosta, Miramar o Calima? Prefiero contestaros otro día…
El cocinero del pazo 