Hola amigos,
En este puente de diciembre y aprovechando que quería, de alguna manera, compensar a mi familia por mis viajes en la búsqueda de lo mejor de gastronomía mundial, decidí hacer una escapadita con ellas a la ciudad donde siempre afloran mis recuerdos…
Y digo recuerdos, porque este que os escribe, vivió en esta ciudad, los dos años que siempre calificará como los más divertidos de su vida, y siempre que la visita, una morriña de aquellos maravillosos años invaden su mente.
-Ya llovió. Allá a finales de enero de 1991 cuando la coalición mundial decidió darle las primeras chaparretas a Sadan Husein, yo pensé que había llegado el momento de ir a aprender inglés, por decir algo, como habían hecho muchos amigos de la Coruña, entre ellos mi inseparable David.
Y allá me fui, la coña del asunto, es que mi madre estaba súper asustada pensando en que los “malos” derribarían mi avión, y me pedía reiteradamente que retrasase la partida, madres… Tales eran las ganas que tenía de escaparme , que le dije:
-Mamá tranquila, me piro en bus…
Veinticuatro horitas me costó el acongoje de mi madre hasta que el bus aparcó en las cocheras de la Victoria station, pero os aseguro que jamás, jamás me arrepentiré de haber hecho semejante cansino viaje.
Ahora poneros en el pellejo de un recién alocado veinteañero que llega a una de las ciudades mas cosmopolitas del mundo…Pues eso, la pera limonera, muchos son los nombres de amigos que me acompañaron en aquella maravillosa, gamberra y divertida etapa de mi vida: Las Belenes, Arantxa, Sofía, Julie, mi siempre recordada Tita, María, Eva, Mónica, Perú, Iñigo, Jorge, el indio, Federico, David…Y tantos que se me olvidan.
Aprender inglés? Pues lo justo y necesario para moverme por el mundo sin problemas, pouco máis…
Y la gastronomía de aquella época??, pues aparte de algún arrocito que preparaba los sábados después de subir de Portobello, sólo me acuerdo de papear unos sobres energéticos de multi vitaminas y minerales tipo “Pediasure” como los que toma hoy mi hija, cuando estaba más de tres días de tenderete…
Como estas imágenes ya circulan por la red y como la vergüenza la perdí hace tiempo, os dejo estas instantáneas que son un buen documento gráfico de cómo lo pasábamos en aquellos maravillosos años. Espero que no hieran la sensibilidad de quien no me conozca, porque é o que hai…
Anécdotas, cientos, algunas más divertidas que otras, pero os cuento esta porque así me hago un recordatorio de que tengo que dar gracias a la vida de seguir por estos lares, y así poder disfrutar de todo esto que me rodea y que me hace ser tan feliz.
Una noche, en una de las primeras casitas que ocupamos “gentilmente” gracias a la permisividad legislativa en el país de su graciosa majestad, decidimos hacer una de tantas fiestecitas, como no…Y sin entrar en los derroteros de cómo transcurrió la verbena por que no me acuerdo, si que os puedo comentar, que derepente me desperté sobresaltado con un…
–DESPIERTA , DESPIERTA QUE HAY FUEGO!!!!!!. Era la voz entrecortada del ángel de la guarda David, que gracias a su escasez de sueño, consiguió acertar en que lo que estaba viendo no eran las nubes de Heidi, sino que se trataba de humo y del chungo…
Intentamos apagarlo con las palanganas que teníamos a mano, pero entre la «moka» y el material inflamable con el que fueron construidas las paredes de este tipo de casas, tablillas recubiertas de yeso, hizo imposible la extinción. Salimos en calzones a la calle, pero al momento nos dimos cuenta de que Iñigo seguía durmiendo en la habitación del piso superior, arranqué veloz con el portal envuelto en humo y llamas, que hizo darme un ostión de carallo en la pared del descansillo de las escaleras que me partió la nariz, desperté a Iñigo y salimos pitando con medio pelo ardiendo, los bomberos llegaron volando y mientras los vecinos nos dejaban mantas para resguardarnos del frío invernal londinense nosotros pensábamos en como nos iba a detener la policía por quemar una casa que no era nuestra, pudimos asistir atónitos a como ese gremio de sirenas y mangueras reducían en un pispas, el marrón que habíamos organizado. Increíblemente la policía nos preguntó como estábamos, y se marcharon diciéndonos I´m sorry…
Al día siguiente cuando fuimos al consulado para arreglar los papeles con ropas prestada por algunos ami@s, las secretarias se asustaban a nuestro paso diciendo uyyyy!!!! como huele a quemado.
-tranquila señora que somos nosotros…
En fín, no sigo por aquí, por que para escribir mis memorias ya tendré tiempo…
Esta era la casita, la que tiene las ventana negras, no nos quedamos allí de milagro…
Este amasijo de cubiertos fue lo único que pudimos llevarnos, ahora David lo tiene colgado en casa como una pieza de recuerdo-arte…
Pues lo dicho, este pasado miércoles día cinco, nos dirigimos al aeropuerto Sá Carneiro de Oporto, que por cierto, nos ha comido absolutamente las papas, por la grandísima estupidez político-pailana de querer contar con tres aeródromos en Galicia, y por trescientos veinte euracos , conseguimos unos billetes para poder volar a la capital del Tamesis. La ida la hicimos en un avión-Feira de Ryanair, y la vuelta en otro de Easy jet
Como me gusta esta ciudad, desde que pusimos un pie en el aeropuerto de Stanted el hormigueo estomacal iba increchendo, dos años dieron para mucho y en el traslado en bus hasta nuestro hotel situado a una manzana de la Tate Moderm, muchas era las estampas que hacían aflorar unos recuerdos, que pese a permanecer bien escondidos en alguna parte de mi disco duro de vivencias pasadas, explotaban exultantes al pasar por la retina de mis ojos, calles o monumentos de esta preciosa ciudad. En el fondo soy un puto sentimental…
En este viaje habíamos quedado con nuestros queridos amigos Carmiña, Pablo y su hija Sara, y para el poco tiempo del que disponíamos para visitar una urbe tan grande, aún nos dio tiempo de hacer cosas de carallo.
La ciudad estaba preciosa, engalanada con miles de luces que anunciaban la proximidad de las fiestas navideñas. Visitamos mercadillos, museos, monumentos emblemáticos de la city, no os podría decir con exactitud cuantos kilómetros pateamos, pero seguro que fueron muchos, las niñas se portaron como unas auténticas campeonas, salvo alguna pequeña crisis pudieron con todo, tendríais que ver sus caretos ante el Big Ben, el London eye o en la juguetería de Harrods.
Mención especial merecen las impresionantes vistas desde lo alto del London eye al que nunca había subido, y que debe de alterar la bilirrubina, porque las parejas no dejaban de darse picotazos, y para ejemplo un botón, mirar como se engancharon mis amigos, JE JE JE…
Love is in the sky…
Y que piensa elcocinerodelpazo.com de cómo se come en Londres?
Bueno, la típica frase de que en Londres se come fatal, tiene en parte su razón de ser, el fish and chips, el Yorkshire pudding, el Shepherd´s pie o las beens, desde luego no forman parte de mis platos preferidos de cocina tradicional. Tampoco me saltan las lágrimas con el producto que se puede conseguir en las mercados callejeros, o en las grandes superficies tipo Sainsbury´s, ahora eso si, como tu cartera esté repleta de billetes con el careto de la reina Isabel, puedes comer como un príncipe, ya que la oferta de la restauración londinense es casi infinita, y puedes encontrar restaurantes de cocinas de todo el mundo de una calidad excepcional.
Nosotros al ir con las niñas, nos tuvimos que adaptar a lo que les gusta a ellas, es decir, burguers, italianos y caralladas varias, pero bueno, yo el viernes por la noche, me pude escapar para tomar el degustación de Nuno Mendes en su restaurante Viajante y así quitarme el gusanillo gourmand.
En cuanto pueda elcocinerodelpazo.com subirá el post de este restaurante.
Bueno amigos, acabouse, aquí os dejé el relato de una melancólica escapada en el puente de diciembre a la gran ciudad que hace aflorar los recuerdos de una divertida juventud, que siempre tendré grabada a fuego dentro de mi corazón.
Aguuuuuurrrr
P.D.
Mirar que buena fotito en la que se puede apreciar La Coruña desde nueve mil metros
Muy guapo el artículo Pepiño, todo contado tal cual yo lo recuerdo…Y lo del reencuentro sería cojonudo, hay que hablarlo.
Gracias Iñigo, con la de anecdotas que tenemos, bien podriamos escribir un par de libros. A mi también me parece cojonuda la idea de David, este finde, cuando pasé por nuestra última casa, casi suelto una lagrimita…
Me encanta, solo una cosita, se te ha olvidado la crítica gastronómica del thai , creo que merece una reseña. juajuajuajua
Tienes razón querida Carmiña, pero simplemente diremos:
Surrealiiiis-mo!!!!
Muy emotivo. Debemos de estar a punto de cumplir los 25 años de nuestra escapada londinense. Podíamos organizar algo con todo aquel que le apetezca recordar viejos tiempos.
Me parece una idea cojonuda, no puede caer en saco roto, Hay difundirla
Las fotos retro cojonudas, ¡qué tiempos!