Como os comenté en mi post anterior, este viaje tuvo escasa planificación porque cuando me di cuenta que el trip por Europa adelante, era sustancialmente más costoso de lo inicialmente planeado, por cambio de neumáticos, autopistas, gasolinas y demás, la fecha de partida ya la tenía a la vuelta de la esquina.
Pero entonces me pregunté, ¿Si no vas a viajar por la vieja Europa, a dónde carallo vas a ir, si gastronómicamente has estado en casi todos lados?
Pues coño, repetiré donde el gaznate y el bandullo han disfrutado más, así de fácil, y trás unos rápidos comicios neuronales, el ganador por mayoría absoluta resultó Japón.
Mi oficina Bloguera.
Lógicamente al ya haber estado por esta tierra de samuráis conociendo bellísimas ciudades como Kioto o Kamakura, a parte del papeo, sería bueno el no repetir, y continuar cultivándome, conociendo nuevos emplazamientos que puedan seguir llenando el buche de mis recuerdos.
Entonces en un plis- plas, este fue mi razonamiento a la hora de preparar esta nueva aventura en solitario.
(El de azul de la derecha es Fernando, trabaja como seguridad antipirata en los atuneros del cuerno de Africa, un alicantino simpático)
-Tengo pocos días porque los del Culler vienen al Pazo, bueno, pues arranco para Madrid Fusión y ayudo a Yamamoto, cuando termine, zumbando para Tokyo. Como ya lo conozco, papeo todo lo que pueda pese a no haber hecho reservas, y “lisco”en tren bala hasta el sur de la isla de Honshú, parando en el santuario de Miyajima que me han dicho que es la pera, y está muy cerca de Hiroshima.
Continuo hasta Fukuoka que está en otra de las grandes islas de este archipiélago, Kyushu, desde donde parten unos ferrys hacia la vecina Korea.
Allí conoceré las de ciudades más importantes Busan y Seúl, e volta pa casa. No hay como tener las cosas claras…
Cuando llegué a Hiroshima, flipé de carallo, pero como este cuaderno de bitácoras quiero que sea lo más entretenido y alegre posible, de la vergüenza que es para el ser humano lo que ocurrió en esta ciudad no voy a entra en detalles de cifras ni gaitas, simplemente os dejo unas imágenes del recuerdo de semejante atrocidad, y señalaros que del museo salí bastante tocado…
Antes…
Hora exacta del pepinazo…
Libro de firmas, en fin…
La cara positiva de esta zona es sin duda la isla santuario de Miyajima, que se encuentra a media hora en tren, de los normalitos, del centro de la urbe.
Salí tempranito del hotel para aprovechar el día, y después del traqueteo ferroviario, y una agradable navegación de no más de diez minutos en ferry, desembarqué en el paraíso de la tranquilidad.
Dando la bienvenida a la isla, se levanta un gran pórtico anclado en las aguas, que ya te augura que estas llegando a un sitio muy especial.
Ni os imagináis las buenas sensaciones que se respiraban en este santuario costero, que paz interior, que placidez, que calma…
Recomendable cien por cien, sobre todo, después del mal cuerpo que me había quedado el día anterior, en la visita al museo de la paz.
Gastronómicamente os comento, que en esta zona tienen bateas dedicadas a las ostras, que curiosamente las preparan a la parrilla, y con las que también preparan la famosa salsa que lleva su nombre.
Hablando de las salsas, me metí en una de las muchas tiendas que hay en el pueblo donde podías probarlas, y si por mi fuera me traería un container, chiquita calidad, estaban todas sabrosísimas, Umami por los cuatro costados…
Y por su puesto no puedo pasar por alto el plato estrella de la zona el okonomiyaki, que es, así por encima, una filloa rellena de pasta, repollo y beicon, aderezada con algunas salsas.
El resultado final es este, hombre esta bien, pero no se te saltan las lágrimas…
Mañana Despedida de Japón y bienvenida a Korea.
Un abrazo,
En este viaje tuyo no te puedo seguir como en los anteriores, hoy hace una semana que soy abuela y como comprenderás estoy embobada,;cuando regrese a Valladolid ya leeré todas tus aventuras, te sigo desde el primer viaje y me encanta ver como compartes tus experiencias, me ayuda a conocer esos lugares . Un beso de tu madrina
No te los pierdas.. Un beso y enhorabuena
ME SIGUES DEJANDO ALUCINADO CON TU BLOG DE VIAJES, NO CAMBIES ¡ ¡ , TAMPOCO TENGAS MUCHA PRISA POR VOLVER QUE AQUÍ HACE UN TIEMPO DE MIERDA….SI VES QUE TAL DILE A PILAR QUE TE MANDE MÁS PASTA Y QUEDAS UNA SEMANA MÁS POR ALLÁ
Coño Sergio, pues no estaría del todo mal la idea, ahora lo de la pasta, casi pídesela tu y me la mandas, yo no me atrevo…
Un abrazo desde Seúl.
Antonio, tu como cocinero eres la pera, pero tu facilidad narrativa, lo ameno de tus comentarios, la manera de como trasmites, hace que yo dude si tengo mas placer en comer lo que preparas o en leer lo que escribes. Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras Pepe. Cuando escribes sobre algo que te hace feliz, las palabras fluyen esponteneamente sin gran sacrificio. Ya te cocinaré algo a mi vuelta que te tanto como mis crónicas.
Un abrazo desde Korea…
Si las nuevas generaciones de cocineros gallegos llegaran a alcanzar aunque más no sea un poco de la pasión de los japoneses por el respeto, cuidado y sobretodo preparación de los productos del mar, Galicia seria un referente mayor. Como gran amateur de ostras, viendo la foto y la preparación a la parrilla, eso debía de estar buenísimo. Sus experiencias culinarias me alegran el día y se me hace agua la boca.
Un saludo de Alberto desde Ginebra.
Totalmente de acuerde con lo que dices Alberto, pero incluso yo te diría, que ese respecto, vendría muy bien en todos los órdenes de la vida. Un saludo desde Busan(Korea)