… Llegamos a Denia a las ocho de la tarde, previsores de que en el antiguo Poblet, el menú era de los larguitos y que el tiempo nos iba a hacer falta si no queríamos volver muy tarde a Valencia. Habíamos barajado la posibilidad de hacer noche en la localidad alicantina, pero por experiencias anteriores, corríamos el peligro de llegar al día siguiente con un sonado “doblete” al circuito y realmente no era de recibo, porque el día de la fiesta era el domingo, Capo and company tienen mucho peligro…
Fuimos los primeros en llegar, y enseguida Juanfra nos vio aparecer a través de la ventana de su cocina I+D, ligero salió a recibirnos, y después de los típicos abrazos que se dan los amigos que se aprecian, nos sentamos a tomar un aperitivo en la terracita cubierta, servido como siempre a la perfección, por uno de los mejores soumiller que tenemos en nuestro país José Antonio Navarrete.
Otro mega profesional de la hostelería, que aunque le escueza, es ya más español que francés, el maître Didier Fertilati, tampoco tardó mucho en acercarse a darnos la bienvenida. Es merecido comentar, que este año Didier recibió en el congreso GastronómiKa 2014, el premio gueridón de oro. En la NBA igual le costaría triunfar, ahora en todos los restaurantes del mundo que he visitado, pocos jefes de sala le llegan a su altura… Querido Didier, eres un auténtico crack.
Y comenzó el festival, pese a comentarle a Juanfra que llevábamos todo el día picando en el circuito y que igual no podríamos con todo, nos desabrochamos los cinturones porque anyway la suerte ya estaba echada…
1º Acto: snaks
Gin tonic de manzana.
Rosa.
Raíces de boletus, hoja seca de maíz, hoja de hierbas en escabeche.
Spaghetti puttanesa.
Raim del pastor, Kalanchoe.
2º Acto: Salazones.
Aceitunas y huesos.
3º Acto: Tapas.
Tiradito de corvia.
Empanadilla de sepia.
Hoja de tabaco y toro.
Ceviche
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Moshi de torta de la serena y trufa negra.
Lechuga de mar, ahumados y fitoplacton.
Buñuelo ligero de bacalao.
Socarrat de gambetas y alioli.
Nudo marinero.
Tartar de navajas.
Erizos al natural.
Taco mediterráneo.
Fajita de pesto.
Coca de dacsa.
4º Acto: Platos.
Ostras fritas.
Kefir de apio, eneldo, vodka y berberechos.
Gamba herbida-te de bledas.
Arroz de guisantes y huevos de sepia.
Esturión.
5º Acto: Carne.
Tendones con horchata y trufa.
Pechuga de pichón y raices de malta.
6º Acto: Postres.
Selva nega.
Canela en rama.
Ciruelas pasas.
Pizarras.
7º Acto: Dulcería.
Lo siento, no se donde carallo metí las fotos.
Pepita de oro – Piedras de almendra – Macarrón – Trufa al ron.
Nido – Papel frambuesa y yogurt – Papel de cacao.
Esta era la cuarta vez que tenía la suerte y el placer de comer en esta casa, que se encuentra entre el azul del Mediterráneo y el verde, ahora chamuscado, del parque natural del Motgó, que tanta influencia ejercen en las cabezas pensantes de Quique y su fiel escudero Juanfra, y sin duda, ha sido esta la que más me ha gustado.
Por lo allí visto, creo que hoy en día, el restaurante Quique Dacosta en Denia y el Alinea de Grant Achatz en Chicago se encuentran a la cabeza de la creatividad mundial, por lo menos de todas las cocinas donde yo he papado, incluso me atrevería a decir, que en la cena del pasado sábado, hubo momentos en el que sobrevolaron por mi mente sensaciones Bullicienses…
Aunque suene a topicazo, pienso que a este lugar de culto de la gastronomía contemporánea, no simplemente vas a comer, sino que más bien se parece a una excursión de todos tus sentidos, a un parque de atracciones gustativo, donde las sensaciones placenteras se van sucediendo y encuentras en cada uno de los platos sorpresa, magia, diseño, innovación y un derroche de imaginación, en definitiva, LA CREACTIVIDAD TOTAL!!!!!!
Este plato «DIAMANTE» que se sirve a toda la sala con las luces apagadas, puede reflejar el camino que ha tomado la cocina de Quique,
Garrooote Capo!!!!!! Beeeeeela…
La sintonía entre la cocina y la sala me pareció perfecta, cada vez que sonaba el timbre que apretaba Ricard desde su puesto comandero en la cocina, los platos iban llegando a las mesas, transportados de elegante manera por el personal del comedor, que más que camareros, se asemejaban a un grupo de bailarines perfectamente sincronizados.
Parte de la bodega que gestiona a la perfección Navarrete.
Terminada la cena, nos tomamos unos gin tonics digestivos en compañía de Quique y Juanfra, con los que tuvimos una corta pero my agradare sobremesa y donde les comentamos nuestras gratas impresiones tras semejante homenaje.
Sin más, después de despedirnos de todos nuestros amigos que allí trabajan, pusimos rumbo de vuelta a Valencia para esposarnos a la cama del hotel, y así poder derrotar a unos diablillos internos, que llevaban intentando abducirnos desde hacía un buen rato…
Gracias otra vez por esa cena tan maravillosa chicos.
Mi nota personal: 9.50
Día D: hora H, con retraso…
A la mañana siguiente, nos levantamos tempranillo teniendo en cuenta el homenaje de la noche anterior, y a las nueve y pico ya estábamos por la autovía en dirección al circuito, pensando que como la carrera de moto 3 era a las 11:30 iríamos sobrados de tiempo.
Pues nos equivocamos, en menudo atasco de los “cullons” nos metimos. Aquí falla algo, no puede ser, que para realizar el trayecto de escasos veinte Kilómetros que separan Valencia de la localidad de Cheste, tengas que emplear más de dos horas y media. Coño! si vas de chulito y te haces una piscina olímpica en tu finca y la piensas llenar únicamente con el caudal del grifo de la cocina, igual cuando termine el verano, aún no te has podido bañar, pues aquí pasa lo mismo, si haces un circuito con capacidad para más de 120.000 personas y sólo haces dos accesos bastante cutres, el día gordo del año, sabes con seguridad que la vas a liar parda, como así fue.
Llegamos a la casa de Estrella Galicia 0.0 en el VIP VILLAGE cuando a la carrera, sólo le faltaban escasas cuatro vueltas para concluir. La tensión que se palpaba era máxima, se podía cortar con un cuchillo, los caretos del personal, lo decían todo, no podía ocurrir como el año pasado que perdiésemos el título en la ultima curva.
Alex Barros, ex corredor de 500cc y Juan Paz Brand manager de Estrella no las tenían todas consigo.
Clavé mis ojos en la tele, y para mi tranquilidad, vi que Alex circulaba en tercera posición y con eso ya nos llegaba, pero para mi desasosiego también pude comprobar como el australiano Miller iba en cabeza, y peor aún, como se iba acercando el británico Danny Kent con unas intenciones que no me gustaban un carallo…
Pero al final se consiguió, Alex atravesó la línea de meta, sumando los puntos necesarios que lo proclamaban CAMPEÓÓÓN DEL MUUUUUNDOOOO!!!!!!
Como os podréis imaginar, la explosión de júbilo fue la pera limonera, y me gustaría saber por curiosidad cuantas estrellas me bebí el domingo desde ese momento hasta que llegué al hotel…
De hecho, nos dieron el título de Campeones del mundo de» pipladores de Estrella»…
Logicamente Ignacio se mostraba exultante, y yo me siento muy orgulloso como consumidor de la cerveza gallega, de lo que han conseguido con su patrocinio.
Después de las primera celebraciones, quise acercarme a la grada de la curva de final de recta para ver la carrera de moto GP, donde el bueno de Marc nos regaló otro recital, carallo para el fin de semana de los Márquez…
Ya por la noche, tuvimos el honor de asistir a la cena con los corredores, sus familiares y todo el equipo de Estrella Galicia 0.0 en la ciudad de las Artes y las ciencias, donde después de los emotivos discursos, nos echamos unos buenos bailongos, de los que aún dos semanas después me acuerdo, por las agujetas que me quedaron…
Y para rematar la faena, terminamos de madrugada en un garito mítico de la noche Valenciana, donde cada uno aguantó lo que pudo, antes de volver al hotel con los primeros colores del alba…
Esto fue todo amigos, con la carita que se me quedó os dejo, no sin antes dar las gracias otra vez a Estrella Galicia por su magnífica hospitalidad, en un fin de semana inolvidable…
Aguuuuuuuuuuuuuuuuurrrr!!!