Hola compañeros!
Desde el mismo día que ocurrió la tragedia en Japón el cuerpo me pide que haga pública la admiración que siento por el pueblo del país del sol naciente y especialmente por su gastronomía.
También os tengo que confesar que un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, cuando un par de días después del seísmo, Pilar y este cocinero que os escribe, al empezar a recordar el viaje que hicimos hace dos años por aquellas tierras lejanas, caímos en la cuenta que las fechas coincidían, y que el mismo día de la llegada de la gran ola, pero dos años antes, habíamos hecho una excursión muy cerca de la zona siniestrada, e ironías del destino, me hice una foto con un cartel que a pie de playa advertía «PELIGRO TSUNAMI»… Te da que pensar no?
Tal como son, y a los hechos me remito, los nipones son, quizá, el pueblo del planeta mejor preparado mentalmente para la reconstrucción de su país tras un gran desastre, ahora bien, no se como les irá para poder comer los peces globo o los wagyu de las granjas próximas a la central de Fukushima, pero la cosita no pinta muy bien.
Desde aquí lanzo todo mi apoyo a los inventores del sushi, y si hay que volver de viaje gastronómico para ayudar a la reconstrucción, ya hablaremos… Todo se andará.
Os dejo alguna foto de aquel viaje en el que nos lo pasamos cojonudamente y me gustaría que prestaseis especial atención a la foto donde salgo arrimado al cartel profético… «¡Qué medo!»
El cocinero del pazo 
estoy empezando un cursillo de japonés intensivo por si tengo que hacer un esfuerzo y acompañarte.