Hacía bastante tiempo que no disfrutaba de una comidita en uno de los restaurantes que tiene las mejores vistas de la ciudad, y que en la época de Taky y Mikel representaba, sin duda, la élite de la restauración coruñesa e incluso gallega contando con una estrella Michelín.
El que la gestión del Playa Club estuviese en manos de uno de los hijos del presidente Lendoiro, ha suscitado gran polémica en más de una tertulia cascarilleira en los últimos años, y esto quizá influyese en que este local inmejorablemente situado, no contase con la aceptación de todos los públicos, desde luego la mía si.
Con la partida de los citados cocineros, uno para hacer las Américas y otro para montar su propio restaurante en su Navarra natal, el Playa entró en un pequeño declive, pese a que la cocina de Jano, el sucesor, a mi también me gustaba.
Más tarde les quitaron la siempre venerada “estrellita” y tras la marcha de Jano, la cocina del restaurante de la ensenada de Riazor entró en una oscuridad digna del medievo.
Héctor y José Luis se dieron cuenta de que se necesitaba un cambio y tras una merecida reforma de la cafetería y del restaurante, han puesto rumbo sin ostentaciones hacia un futuro prometedor, depositando la confianza en la capitanía de los fogones del joven Diego Bello, que según me comentaba hace unos días mi amigo Álvaro Gantes, es el tapado de la cocina coruñesa.
Pues visto lo visto, puede ser que le tenga que dar la razón al bueno de Álvaro, ya que después del papeo del pasado martes, he visto que han trazado un buen rumbo donde el norte magnético esta muy cerca de los éxitos de antaño.
En la nueva carta, con precios realmente competitivos, hay medias raciones que me parecen acertadísimas para pajaritos, tipo mi mujer, y aunque carecen de menú degustación, Diego accedió gentilmente a prepararnos uno sacando tapitas de alguno de los platos de la carta.
Empezamos.
Snacks:
philopizza confitura de tomate y albahaca, nueces de Macadamia al cardamomo, guacamole y nachos.
Pastel de pescado de roca.
Zamburiñas asadas, espárrago verde, sésamo y bouquet de aromáticas.
Steak tartare, mostaza y pan crujiente.
Ravioli de rabo de ternera, foie, setas de temporada, trufa y crema de patata.
Riquísimo este ravioli.
Mollejas a bajá temperatura glaseadas, muselina de boletos, berza gallega y caldo de ave.
Lubina asada, pilpil de ajada, guisantes y almejas.
Cochinillo crujiente, encurtidos, emulsión de mostaza y confitura de naranja.
Tronco de chocolate y cacahuete, nido y huevo de chocolate blanco.
Me ha gustado mucho, y la relación calidad precio me parece estupenda. Animo a los coruñeses escépticos a que se hagan un papeito en el restaurante del club de sus amores, merece la pena, eso si, a los que les hace falta veintidós kilos de patatas grasientas con cada plato, mejor que sigan sin pasar por allí.
Sigue por este camino amigo Diego creo que es el acertado.
Puntuación personal: 8
P.D.
(La felicidad, el éxtasis, el frenesí, y el fiestón que elcocinerodelpazo.com disfrutó con cada una de estas copas, hace totalmente imposible de que se pueda olvidar de quien gestionaba el club en aquellos momentos y por tanto estará agradecido a Augusto Cesar Lendoiro de por vida.)
FORZA DEPOR!!!!!!!!
Estimado señor Amenedo,
Sigo de cerca y leo todos sus comentarios en su blog, por dos razones: la primera Pantagruel esta saboreando la gastronomía chilena y segundo y sobretodo la más importante es que Usted es un profesional de la restauración.
Como yo quiero mucho a La Coruña, puesto que mis padres viven en ella y soy junto a mi mujer unos sibaritas en lo que respecta a la gastronomía, hoy por hoy mi referencia gastronomita es “grosso modo” Usted.
Acabo de volver a Ginebra donde resido después de pasar unos días en A Coruna, mi mujer vino únicamente por tres días. Y hemos estado en el Playa (sobretodo después de su elogioso comentario y las fotos) y el clásico Coral donde tengo recuerdos de la época que mi padre estaba con nosotros.
Que el Coral no sea una referencia a nivel de cocina, ya lo tengo claro, pero al menos siempre propone productos bastante exclusivos, como el día que en su carta proponían el buey de Kobe, el 14.02.13 había en la carta bacalao de no se que parte de Noruega (considerado el mas delicado y refinado del mundo) y angulas. Mi mujer para probarlas escogió el acompañamiento con tartar de atún. Que error puesto que en la preparación del tartar había mucho liquido y a decir verdad sobraba aceite. Podría pasarme el día contando que mal lo pasamos a nivel cocina, pero donde yo me siento triste es como un bonito restaurante, con una decoración de buen gusto unos camareros discretos y eficaces (salvo el responsable o maître de hotel bastante altivo y escéptico al respecto de nuestros comentarios) pueda malograrse de tal manera.
Del Playa Club Inútil decirle la expectación de volver a cenar en ese restaurante con la vista al mar que posee.
Una decoración refinada y de buen gusto, pocas mesas y esos enormes ventanales hacia el mar (que mas se puede pedir) un pequeño detalle que me han dicho que lo corregirán es el exceso de iluminación que no permite que el lugar sea mas acogedor (menos luz y poner velas para hacerlo mas romántico) y por ende una mejor vista hacia el exterior.
A nivel cocina, esperaba sobretodo ser sorprendido y gustativamente hablando resulto un poco decepcionante., los entremés demasiado dulces, el sutil juego agri-dulce no surtió efecto
A casi todo tuvimos que agregarle unos granos de sal para contrarrestar el sabor dulce. En las entradas mi mujer eligió los mini hamburger que estaban deliciosamente buenos, y yo los mejillones en escabeche. Ahí la sorpresa fue doble, la presentación en una lata redonda y su liquido rojizo algo sorprendente, pero el escabeche resulto ser casi puro aceite, casi sin sal y le faltaba esa acidez que se hubiera podido agregar un poco de vinagre. Verdaderamente sosos.
Luego probamos la sepia o calamar en una tinta negra que no nos entusiasmo demasiado para terminar mi mujer eligió el pichón (excelente su punto de cocción) y yo el cochinillo crujiente que estaba bastante bueno. Resumiendo, lugar y ubicación excelente, presentación y decoración muy bien, servicio muy atento y la cocina, no se como situarme al respecto siendo un poco generoso le daría un 7.
No se si mujer y yo somos demasiados exigentes, peor los únicos bonitos recuerdos a nivel de cocina fueron menú degustación en Pepe Vieira y en su momento el Alborada cuando Luis era su chef.
Al Playa, cuando vuelva a La Coruna, le daré otra oportunidad y espero salir contento la próxima vez.
Estimado señor Amenedo,
Sigo de cerca y leo todos sus comentarios en su blog, por dos razones: la primera Pantagruel esta saboreando la gastronomía chilena y segundo y sobretodo la más importante es que Usted es un profesional de la restauración.
Como yo quiero mucho a La Coruña, puesto que mis padres viven en ella y soy junto a mi mujer unos sibaritas en lo que respecta a la gastronomía, hoy por hoy mi referencia gastronomita es “grosso modo” Usted.
Acabo de volver a Ginebra donde resido después de pasar unos días en A Coruna, mi mujer vino únicamente por tres días. Y hemos estado en el Playa (sobretodo después de su elogioso comentario y las fotos) y el clásico Coral donde tengo recuerdos de la época que mi padre estaba con nosotros.
Que el Coral no sea una referencia a nivel de cocina, ya lo tengo claro, pero al menos siempre propone productos bastante exclusivos, como el día que en su carta proponían el buey de Kobe, el 14.02.13 había en la carta bacalao de no se que parte de Noruega (considerado el mas delicado y refinado del mundo) y angulas. Mi mujer para probarlas escogió el acompañamiento con tartar de atún. Que error puesto que en la preparación del tartar había mucho liquido y a decir verdad sobraba aceite. Podría pasarme el día contando que mal lo pasamos a nivel cocina, pero donde yo me siento triste es como un bonito restaurante, con una decoración de buen gusto unos camareros discretos y eficaces (salvo el responsable o maître de hotel bastante altivo y escéptico al respecto de nuestros comentarios) pueda malograrse de tal manera.
Del Playa Club Inútil decirle la expectación de volver a cenar en ese restaurante con la vista al mar que posee.
Una decoración refinada y de buen gusto, pocas mesas y esos enormes ventanales hacia el mar (que mas se puede pedir) un pequeño detalle que me han dicho que lo corregirán es el exceso de iluminación que no permite que el lugar sea mas acogedor (menos luz y poner velas para hacerlo mas romántico) y por ende una mejor vista hacia el exterior.
A nivel cocina, esperaba sobretodo ser sorprendido y gustativamente hablando resulto un poco decepcionante., los entremés demasiado dulces, el sutil juego agri-dulce no surtió efecto
A casi todo tuvimos que agregarle unos granos de sal para contrarrestar el sabor dulce. En las entradas mi mujer eligió los mini hamburger que estaban deliciosamente buenos, y yo los mejillones en escabeche. Ahí la sorpresa fue doble, la presentación en una lata redonda y su liquido rojizo algo sorprendente, pero el escabeche resulto ser casi puro aceite, casi sin sal y le faltaba esa acidez que se hubiera podido agregar un poco de vinagre. Verdaderamente sosos.
Luego probamos la sepia o calamar en una tinta negra que no nos entusiasmo demasiado para terminar mi mujer eligió el pichón (excelente su punto de cocción) y yo el cochinillo crujiente que estaba bastante bueno. Resumiendo, lugar y ubicación excelente, presentación y decoración muy bien, servicio muy atento y la cocina, no se como situarme al respecto siendo un poco generoso le daría un 7.
No se si mujer y yo somos demasiados exigentes, peor los únicos bonitos recuerdos a nivel de cocina fueron menú degustación en Pepe Vieira y en su momento el Alborada cuando Luis era su chef.
Al Playa, cuando vuelva a La Coruna, le daré otra oportunidad y espero salir contento la próxima vez.
Un saludo
Alberto
Estimado Alberto,
Por tus comentarios denoto que es usted un excelente gourmand, y bastante exigente. Agradezco que utilice este humilde blog para tener referencias de restauración en sus visitas a Galicia. En mi puntuación del Playa, quizá influyó en demasía, la recuperación de un gran local al que le tengo mucho cariño, pero sigo pensando que Diego tiene un futuro prometedor, y que la relación calidad precio no tiene parangón, espero que en futuras visitas se colmen sus expectativas.
Aquí le dejo un par de nombres para su siguiente vez que vuelva a nuestra tierra.
Árbore da Veira- Luis Veira.( Ex-Alborada)
-Culler de Pau -Javier Olleros.(El mejor descubrimiento 2012)
Estos dos restaurantes, junto los clásicos Solla, Vieira, Y Casa Marcelo (si aún está abierto) siguen siendo la vanguardia gastronómica Gallega.
Espero que le sirva de algo.
Atentamente,
Antonio Amenedo
Pues me encantá leer esta entrada, por que en los últimos tiempos la fama del playa no era del todo buena la verdad. Nunca entré desde que lo reformaron de nuevo, así que habrá que probar que un 8 es muy buena nota! Saludos
Soy del Depor desde quiqutin.NO perdono a Lendoiro. El Deportivo va a desaparecer
y ese individuo va a firmar su acta de defuncion. Por otra parte poner al actual Playa Club practicamente a la altura de solla me resulta sorprendente
Hola Emilio,
Afortunadamente vivimos en un país plural y democrático y no todos tenemos que pensar de la misma manera, hay gente del Madrid y otros del Barcelona, hay socialistas y otros del PP y por supuesto hay gente pro Lendoiro y otros en contra y simplemente nos tenemos que respetar.
En lo concerniente a mis notas «PERSONALES» de las cocina del Playa Club y de Solla, simplemente te repitiré que es mi apreciación personal despues de haber disfrutado de una buena comida en ambos restaurantes en menos de dos meses.
Muchas gracias de todas formas por participar y debatir en el blog. Un saludo
Has estado muy rápida Mariajo, Gracias!
¿ puntuación ? No la mencionas…